Hace ya una década que decidimos hacer realidad un proyecto ambicioso: producir la mejor pera que pudiésemos imaginar… Grande, jugosa y aromática… Y empezamos en la Ribera del Ebro (Rioja Media).

El proyecto que emprendimos hace más de 10 años, para conseguir una pera de altísima calidad (hoy Flor del Iregua) comenzó buscando una zona que resultase especial, por su clima y por las características del suelo. Rápidamente, todos los indicios nos llevaron a las riberas fluviales -por su elevada humedad y por su tierra rica en minerales- y muy concretamente a la Rioja Media y Alta -por su clima específico-.

A partir de aquí, estaba claro que había que producir directamente en la ribera del Ebro o bien en la de uno de sus afluentes (río Iregua), a su paso por la Rioja Media.

Por este motivo, y para diferenciar todavía más a FLOR DEL IREGUA, recientemente hemos renovado su imagen, con cajas nuevas, sticker con forma romboide y nuevo sello identificativo.

Además, nuestra larga trayectoria como productores de fruta, exigía también otra condición si queríamos garantizar el éxito de nuestra iniciativa: contar indiscutiblemente con el apoyo y experiencia de los agricultores locales (quienes mejor conocen sus tierras, su clima y cómo sacarles el máximo provecho).

En el año 2.000 empezamos nuestra aventura, de la mano de unos pocos agricultores de la ribera del Ebro, en Rioja Media. Fue un acto de confianza mutua. El resultado ha sido magnífico.

Desde aquí, damos nuestro agradecimiento a aquellos que creyeron en nosotros, que confiaron en nuestro proyecto y que dieron -y siguen dando- lo mejor de si mismos y de sus tierras. Ellos son los cimientos de nuestra marca FLOR DEL IREGUA. Porque, en definitiva, son los estándares de calidad que allí marcamos los que hoy han hecho ya de esta marca una referencia en el mercado.