No hace falta recordar los beneficios de consumir abundante fruta y verdura para nuestra salud... pero muchas veces, desconocemos las propiedades específicas de cada una de las variedades de fruta.
En el caso de la pera, el componente principal es el agua, por lo que resulta muy refrescante e ideal para los que siguen una dieta baja en calorías (sólo 46 cal por cada 100 g). Además, tiene un suave efecto diurético y por lo tanto nos ayuda a combatir la retención de líquidos.
Las peras son ideales para una dieta baja en calorías, como remedio para las inflamaciones gástricas, apta para diabéticos y personas con hipertensión y/o problemas cardiovasculares.
En caso de diarrea también es una buena aliada: nos ayuda a rehidratarnos y además ejerce una acción ligeramente astringente (ya que es rica en taninos). A ello hay que sumarle un efecto antiinflamatorio que resulta muy interesante para problemas digestivos en general (descomposición, gastritis, úlceras, etc).
No hay que olvidar tampoco que posee muy pocos hidratos de carbono y por lo tanto, es una buena opción para las personas diabéticas.
Para aquellos con problemas de hipertensión o afecciones cardiovasculares, consumir peras resulta apropiado por su bajo contenido en sodio y alto en potasio. En cambio, precisamente por ese alto nivel potásico, deberían consumirla con moderación las personas con insuficiencia renal.
Finalmente, decir que se trata de una fruta con propiedades psicofísicas por su acción sobre el sistema nervioso y por sus efectos beneficiosos generales en la actividad muscular.